jueves, 11 de abril de 2013

Riñón y Dieta Paleo.


Hoy vamos a analizar un artículo publicado en 2005 en la revista Nutrition and Metabolism [i] en el que se exponen los resultados de un estudio prospectivo de la literatura científica hasta el año 2005 sobre la relación entre una alta ingesta de proteína y el daño que ésta puede causar a los riñones.

 

El estudio comienza señalando que la mayor preocupación y fuente de controversia en este terreno se centra en se cree que la ingesta excesiva de proteínas llevaría a una enfermedad renal crónica debida a un aumento en la presión glomerular y la hiperfiltración. La cuestión a dilucidar sería si las investigaciones llevadas a cabo sobre la ingesta excesiva de proteínas por personas sanas apoyan esta afirmación.

 

A continuación el artículo va estudiando la ingesta alta en proteínas y distintos aspectos relacionados con la función renal:

 

·         Enfermedad Renal Crónica: aunque no existen estudios que expliciten la relación entre la ingesta de proteína y el comienzo o empeoramiento de la Enfermedad Renal Crónica, sí que hay que estudios que  señalan una relación inversamente proporcional entre la ingesta de proteína y la presión sanguínea. Al ser la hipertensión el segundo factor más importante en la aparición y desarrollo de la Enfermedad Renal Crónica, los hipertensos podrían beneficiarse de esta reducción de la presión sanguínea que una dieta alta en proteína promueve. Por otro lado, hay estudios que relacionan este tipo de dieta con una alta ingesta de nutrientes beneficiosos para los hipertensos, tales como potasio, magnesio o calcio.

·         Proteína dietética y función renal: la alta ingesta de proteína, tanto de forma puntual como crónica, eleva el grado de filtración glomerular.

·         Proteína dietética y progresión de enfermedad renal: existen estudios que relacionan la ingesta de proteínas con el agravamiento de una enfermedad renal preexistente, pero no hay ninguna prueba de que la ingesta alta en proteínas pueda ser la causa de una enfermedad renal y la privación o reducción de proteínas, en personas sanas, tampoco puede sirve como medio para prevenir la aparición de la Enfermedad Renal Crónica.

·         Proteína dietética y enfermedad renal: aunque la hiperfiltración es un proceso bien documentado en individuos con una enfermedad renal pre-existente, cada vez se está pensando más en serio que lo que ocurre en lo riñones cuando se tiene una alta ingesta de proteína (aumento del grado de filtración glomerular e hiperfiltración) es una respuesta adaptativa sana del riñon, respuesta adaptativa que también se da en otras circunstancias tales como el embarazo. Por otro lado, cuando se extirpa un riñón, el riñón que permanece funcionando sufre este mismo proceso de hiperfiltración y se ha demostrado que el mismo no ha deteriorado a largo plazo (más de 20 años) el riñón que lo sufre. De esta forma, la hiperfiltración parece ser una adaptación biológica a una serie de cambios renales que no estarían relacionados con un aumento del riesgo de enfermedad renal crónica en individuos sanos.

·         Evidencias en individuos sanos: aunque se han evaluado las dietas para perder peso altas en proteínas, no existen informes de disminuciones en la función renal inducidos por la ingesta de proteínas salvo en aquellos individuos que  generalmente están en riesgo de enfermedad renal, tales como personas con dislipemia, obesidad o hipertensión. En un estudio realizado en individuos obesos en el que un grupo se adhirió a una dieta alta en proteínas y otro a una dieta baja en proteínas se encontró que aquellos que se habían adherido a la dieta alta en proteínas presentaban un mayor grado de filtración glomerular y un tamaño de riñón mayor que la muestra de referencia pero que no presentaban ninguna inquietud en cuanto a su función renal, lo que llevó a los autores a concluir que a pesar de los cambios en la función renal y el tamaño de los riñones, la alta ingesta de proteínas no tenía efectos negativos en la función renal de individuos sanos. Después de analizar la ingesta de proteína de algunos tipos de atletas, esta apartado termina señalando que no han encontrado datos en la literatura científica que conecte una alta ingesta de proteína con una incremento en el riesgo de insuficiencia renal en hombres y mujeres sanos y físicamente activos.

·         Proteína dietética y función renal en modelos de animales: después de analizar varios estudios sobre este tema, el articulo determina que no se han realizado estudios sobre la ingesta alta de proteínas como causa de enfermedad renal en animales, habiéndose centrado los estudios realizados en cómo afecta la ingesta de proteínas cuando ya está presente la enfermedad renal.

·         Proteína dietética y cálculos renales: no se han realizado ensayos controlados aleatorios para comprobar si la tendencia a la formación de cálculos renales aumenta con una ingesta alta de proteínas, y los estudios epidemiológicos aportan datos contradictorios entre la ingesta alta de proteínas y la tendencia a la formación de cálculos renales. En cualquier caso, en la actualidad, no existe evidencia ninguna que muestre que una alta ingesta de proteínas esté ligada de forma consistente con un aumento de la formación de cálculos renales.

·         Conclusiones: “aunque una ingesta excesiva de proteínas se mantiene como una preocupación de salud en individuos con una enfermedad renal preexistente, la literatura carece de  investigación suficiente que demuestre un vínculo entre la ingesta de proteína y la iniciación o progresión de enfermedad renal en individuos sanos. Más importante aún, la evidencia sugiere que los cambios inducidos en el riñón por las proteínas son probablemente un mecanismo adaptativo normal que se encuentra dentro de los límites de riñón sano. Está fuera de toda duda que son necesario estudios a largo plazo para clarificar la escasa evidencia disponible en la actualidad con respecto a esta relación. En la actualidad, no hay pruebas suficientes para justificar las directivas de salud pública destinadas a restringir la ingesta de proteínas en individuos sanos con el fin de preservar la salud renal”.
 
Yo lo veo claro: si estás sano, la dieta paleo no te va a dañar los riñones.



[i] William F Martin, Lawrence E Armstrong and Nancy R Rodriguez. Dietary Protein Intake And Renal Function. J Nutr Metab [revista en Internet]. 2005 [acceso abril 2013] ; 2:25 doi:10.1186/1743-7075-2-25. Disponible en: http://www.nutritionandmetabolism.com/content/2/1/25